17 de noviembre de 2008

Flores de Emigrantes para la Virgen

De nuevo la Hermandad de Emigrantes del Rocío se postró ayer a los pies de la Blanca Paloma en la peregrinación anual que realizó este fin de semana a la aldea almonteña. De nuevo la fe y los sentimientos rocieros fueron los protagonistas.

Poco más de las doce del mediodía hacía su entrada la comitiva de peregrinos por el barrio de las Gallinas del camino de Moguer para dirigirse al santuario de la Patrona de Almonte. Lo hacía al son de tamboril, entonando cantos rocieros entre vivas y palmas. Numerosas personas esperaban a la comitiva en Las Tinajas para dar la bienvenida a los caminantes, que habían pasado la noche en Villarejos. Entre la multitud asomaban muchas varas adornadas con romero que habían servido de apoyo a los peregrinos en su caminar. Cansados, unos más que otros, con el sudor en sus cuerpos y los pies resentidos del caminar, llegaron con la emoción de saber que el recorrido había merecidos la pena.

El hermano mayor, Juan Manuel Garrido, que se había adelantado con el presidente de Emigrantes, Fernando Ramírez, recibió a los romeros en la entrada de la aldea y los condujo hasta la casa hermandad donde les esperaba el Simpecado. Allí se había agolpado también un buen número de rocieros para contemplar la salida del máximo exponente de la Concha Peregrina.

Los peregrinos fueron recibidos de nuevo entre vivas y aplausos y tras un breve descanso se dispusieron a recorrer los últimos metros hasta su destino final: el santuario marismeño, hogar de la Divina Pastora.

La comitiva, salpicada de los colores de las flores que portaban los hermanos, se dirigió al encuentro de la Blanca Paloma entre el repique de campanas de las hermandades que iba dejando atrás. Cientos de canastos de flores desfilaron por la aldea, envueltos entre los estandartes de las hermandades filiales que habían sido invitadas para la ocasión (entre ellas la de Huelva) y las asociaciones que apadrina Emigrantes: Sabadell y Cornellá .

Cuando la comitiva y el Simpecado llegaron al santuario cientos de rocieros llenaban el recinto religioso para acompañar a la hermandad en su presentación ante la Reina de las Marismas. Uno a uno los canastos fueron ofrecidos y depositados en el altar mientras se repetían los vivas a la Virgen, antes de que comenzara la eucarística oficiada por José Morales. Para entonces había quedado atrás todas las vivencias desde que la hermandad salió el sábado de su casa, ubicada en el paseo de la Glorieta. Atrás habían quedado los pinares, las arenas y la pernocta en una noche fresca. Los cantos del coro reconfortaron a los peregrinos antes de la convivencia de hermanos que iba a tener lugar en la casa hermandad.

El presidente y el hermano mayor resaltaron la alta participación de los peregrinos y la ausencia de incidentes durante el recorrido, la primera prueba de fuego para Juan Manuel Garrido, que deberá conducir a la hermandad en la festividad de Pentecostés hasta la aldea almonteña.

Emigrantes no fue la única hermandad que rindió ayer pleitesía a la Virgen del Rocío. Lo hicieron otras de la geografía andaluza, al igual que la hermandad del Prendimiento de Huelva que realizó por cuarto año su peregrinación hasta el santuario, una actividad que sirve para desarrollar un acto de convivencia entre los miembros de la hermandad carmelita y también para celebrar un encuentro espiritual por la solidaridad que entraña.

Fuente: Huelva Información

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