29 de abril de 2007

Sierra Morena hierve en honor de la Virgen de la Cabeza en una romería de récord


Una afluencia de romeros superior incluso a la de años anteriores estira al máximo las posibilidades de las infraestructuras y las instalaciones en la cima del Cerro del Cabezo Caluroso regreso de la cofradía de Teba, que no peregrinaba desde 1835 y volvió ayer.
La tradición cuenta que medio millón de personas se reúne en Sierra Morena en honor de la Virgen de la Cabeza. Ayer había ya, por lo menos, medio millón más uno. Y la previsión era que durante toda la noche y la mañana de hoy no dejen de llegar los romeros. El Cerro del Cabezo hierve. A más no poder. Entre los más veteranos, e incluso en el entorno de los padres trinitarios, se habla ya de una romería de récord, por el número de peregrinos, por la cantidad de carretas que hicieron ayer el camino, por el formidable atasco en la carretera a partir del mediodía, por las zonas de acampada donde no cabe un alfiler y por un ambientazo -tanto en el aspecto religioso como en el profano y más festivo- como no se recordaba. Las infraestructuras de la romería se estiran ya al máximo con el imparable auge de la cita serrana del último domingo de otoño.
El buen tiempo, el puente en la comunidad de Madrid por el 2 de Mayo, el hecho de que la gente joven esté enchufada a la romería más antigua de España. A la fiesta, en muchas ocasiones, pero enganchados. Los garitos, la bulla, los campamentos que son auténticas discotecas hasta con equipos informáticos para la música proliferan, y ya no son tan excepcionales. Muchas causas para explicar el gentío que bullía ayer por los lugares romeros. Aunque en lo más alto, en la cumbre del cerro, sólo está la Virgen de la Cabeza.
La sierra está, además de dulce. «Mejor que ningún año», confirmaba Antonio, guarda de Lugar Nuevo desde hace doce años. El monte ha estallado con los colores de la lenguza, las jaras, el cantueso, el romero, el brezo gracias a las últimas lluvias. Desde el cielo, como decían los pilotos del helicóptero de la DGT, un enorme manto verde «con mucha gente. Con muchísima gente».
Emoción a flor de piel
El escenario invita a las emociones. Como la de Francisco Quesada. Con más de 50 años se atrevió ayer a subir andando al cerro. Natural de Mancha Real aunque residente en San Sebastián, suele subir todos los años, pero en coche. Ayer sudaba la gota gorda en el asfalto. «Una promesa», explicaba. Las emociones hermanan a los romeros. Por el camino de las carretas subía también a pie Pedro, riojano de 40 años. «Una subida muy dura con estas cuestas, con tanto calor. Con fe puedes subir», aseguraba antes de apretar los dientes y seguir camino.
La de Pedro y Francisco es una manera de subir. La de los miles de personas que vibraron con vivas palmas y cánticos en las carretas por las pistas de la sierra es otra. De Andújar salieron 192, a las que hay que sumar las de Marmolejo. Este año con más medidas de seguridad que nunca después del accidente de la bajada del año pasado. La romería no sólo gana en volumen año a año. También en seriedad. A los carreteros les esperaba una de las mejoras que se han hecho en el recinto: nuevas tomas eléctricas con capacidad para 1.000 watios por carreta. Un intento de acabar con los continuos apagones que siempre han jalonado la noche romera.
Otra subida de gran intensidad emotiva fue de la cofradía de Teba, apadrinada por la de Málaga. La de Teba era de las cofradías históricas de la romería hasta 1835, cuando desapareció con la desamortización de Mendizábal. Ayer a las seis de la tarde tomaba otra vez el ascenso por la calzada entre aplausos y vítores.
Junto al santuario, varias novedades. Una de las que más curiosidad despertó en los romeros fueron las obras ya iniciadas de la hospedería del santuario. «El año que viene», se decían con la esperanza de verlas ya acabado. Entre la concurrencia había alguno que decía que tenía un familiar que había pasado allí su noche de bodas, y que le gustaría que su hijo lo hiciese también. Después compraron velas y marcharon a quemarlas en honor a la Virgen, en una cola interminable de ofrendas que levantan una columna de humo negro visible desde toda la sierra. El siguiente punto obligado de paso es el santuario, que los trinitarios esperan ver convertida en basílica para 2009, centenario de la primera coronación canónica de la Virgen. Y el camarín, donde se viven momentos de intensa emoción y devoción.
El crecimiento de la romería no es sólo físico. Es también virtual. La página web del santuario está recibiendo miles de visitas. Allí se ofrecen imágenes en tiempo real de lo que ocurre en la romería a todo el mundo. De una romería con casi cinco siglos de historia que sigue batiendo records.

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